En un equipo los delanteros suelen ser los protagonistas en todas las portadas, los que generan ilusión y los venerados por la afición, porque en este deporte si no marcas goles no ganas y eso te lo dan los delanteros ¿no?; no siempre. En un equipo alguien tiene que llevar el compás del juego, alguien tiene que ser el enlace entre la defensa y la delantera, alguien tiene que ser el ancla que una todo, y en el SuperDepor el Ancla era un hombre que llegó de Brasil, Mauro Silva, una parte, quizá la más importante de esa columna vertebral que tenía el Depor, allá por los años 90.
Mauro Silva nació en Sãn Bernardo do Campo, Brasil, un 12 de enero de 1968, empezó jugando en el Guaraní FC, un equipo de categorías inferiores, entre 1988 y 1990. En el año 1990 el Bragantino lo ficho y estaria en ese club hasta la temporada 91-92 cuando Lendoiro lo convencería para venirse al Depor, y ya no se movería del club hasta colgar las botas en 2005 en el mismo partido que lo hacía otra gran leyenda, el eterno capitán, Fran. Salvo el primer año en el Depor que llevaría el 15 siempre llevaría el número 6 en la espalda, el mismo numero de titulos que tiene en su palmarés vestido de Blanquiazul.
Llegaría a la Coruña con Bebeto, su socio inseparable, los dos formaban un tándem Brasileño impresionante, si Bebeto era el futbolista brasileño caprichoso pero magico y fantastico, Mauro era ese brasileño serio, trabajador y comprometido, había un chiste malo en esa época que decía “Bebeto canta y Mauro...Silva”
Con el Depor lograría una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España.
Mauro jugaría con la camiseta blanquiazul 458 partidos y solo marcaría un gol, no era su especialidad, y tampoco lo necesitaba ni era su cometido, él repartía el juego y marcaba los tiempos, hacía magia para que Bebeto su socio hiciera el resto. Solo un gol en 1994 contra el Valencia, que dio para mucho, en Coruña se comercializó una camiseta con el lema “Yo vi el Gol de Mauro Silva”.
Como anécdota en su primer año en el Deportivo él solo fue capaz de frenar a todo un Real Madrid batiendo un récord de balones robados en un partido; el Madrid lo quería fichar pero se quedó en eso en querer, Mauro se sentía feliz en La Coruña. Mauro siempre sera el prefecto mediocentro defensivo, un espejo en el que se miran muchos jugadores que juegan en esa posición.
Debutaría en 1991 con la camiseta de la Canarinha, jugaría 59 partidos y ganaría el Mundial 94 de Estados Unidos y la Copa América de 1997.
Mauro Silva es un hombre sencillo, siempre afable a quien toda la Coruña rapidamente tomo aprecio, se convirtió en todo un referente futbolístico y uno de los mejores futbolistas del mundo en su posición, destacaba por su técnica, su portento físico pero sobretodo por su seguridad en el campo y su capacidad de mando, era uno de esos capitanes sin brazalete que tenía el Depor, un ancla que daba seguridad en el juego y sobretodo un ejemplo dentro y fuera del campo. Es quiza uno de los mejores jugadores brasileños que ha pasado por la liga española, todo un ejemplo de trabajo, profesionalidad y buen hacer, todo una leyenda del Deportivo que maravilló en los años 90, el SuperDepor y que nos hizo Eternos, asique gracias por tanto Mauro, nunca nos cansaremos de dartelas por más que pasen los años, contigo y con tu socio, Bebeto, empezó todo, contigo tocamos el cielo, esta será siempre tu casa.
GRACIAS HÉROE!!!
R.Vizcaino
@Rolexlandia